Se celebró anoche en la Puerta del Sol madrileña, una asamblea con participación de un ingente número de colectivos, como manifestación de rechazo al golpe de estado financiero en el que nos movemos. En esta asamblea intervino Agustín Moreno trazando el siguiendo relato del diseño de la política educativa en la Comunidad de Madrid.
En la educación pública madrileña se vienen sucediendo las siguientes agresiones:
• Recorte de la inversión educativa: somos los últimos con el 2,7% del PIB frente al 4,13% de la media nacional. La redistribución es negativa: menos para la pública, más para los conciertos.
• Han bajado los recursos y la calidad en la etapa 0-3 años, que se ha desregulado y privatizado: hace 10 años el 50% de los niños tenían plaza en la pública, hoy el 33%.
• Aumento del fracaso y el abandono escolar. El mapa del fracaso coincide con el de la pobreza, con lo que la escuela no cumple su papel compensador de desigualdades.
• Disminución del alumnado de la escuela pública, aunque son los centros públicos los que acogen al 77% del alumnado inmigrante y con necesidades educativas.
• Cada año se quedan miles de alumnos sin plaza en la FP: este curso 10.000 personas
• Cesión de 60 parcelas de suelo público a empresas con ánimo de lucro y, a veces, de carácter sectario.
• Deterioro de las condiciones de trabajo del profesorado con ratios elevadas, menos recursos humanos, materiales y para la formación.
• Se ha dejado en la calle del orden de 5.000 excelentes profesores/as con los recortes y aumentos de jornada laboral lectiva.
• En resumen, los recortes en la CAM atacan a la educación pública y buscan un modelo excluyente de calidad para cuatro con medidas como el bilingüismo, el bachillerato de excelencia, el refuerzo de los conciertos y las privatizaciones.
Todo tiene coherencia con el tipo de mercado de trabajo y con el modelo de sociedad al que nos quieren llevar: excelencia para unos pocos y el resto de camareros, peones y trabajadores precarios y mal pagados.
Nos hablaban de que España apostaba por otro modelo de crecimiento, por el I+D+i, por la formación de calidad, que podíamos estar en el grupo de los poderosos (G-20). Pero la crisis, el golpe de estado financiero, está sirviendo como la gran coartada para acabar con nuestros derechos y con nuestros sueños.
La última reforma laboral del gobierno del PP apunta a un modelo propio de un país en vías de desarrollo, que basa su competitividad en bajos salarios, débil Estado de Bienestar, un derecho del trabajo ridículo y un sistema educativo clasista y, por ello, mediocre. Como vía para que las empresas ganen dinero sin modernizarse y sin apuestas de futuro.
Con el mercado de trabajo que se pretende el modelo de sociedad será cada vez más dual y polarizado, aumentando las desigualdades sociales. Esto explica la ofensiva paralela hacia el servicio público educativo de calidad. Pensábamos que la beligerancia hacia la escuela pública era por razones económicas o ideológicas: para introducir el ánimo de lucro y para que las tarimas fueran púlpitos. Pero, en su lógica, a los cabezas de huevo neoliberales, no les interesa gastar en formación para empujar después a la juventud a que se vayan del país, animándoles desde programas televisivos que presentan la emigración como si fuera una fiesta.
Pero el profesorado y la comunidad educativa no se han dedicado a llorar por los rincones. Ha protagonizado una poderosa lucha con diez días de huelga y más cien de conflicto, con manifestaciones de 70.000 y de 100.000 personas y una gran creatividad de las movilizaciones que han teñido de verde Madrid el último cuatrimestre de 2011. Color que han criminalizado con una peligrosa combinación de mentiras, intransigencia y represión que demuestra la degradación política y la miseria moral de los responsables de esta comunidad, o de otras como Valencia. Lo más destacado de este movimiento es la toma de conciencia del colectivo sobre el ataque estratégico y planificado a la educación pública, la recuperación del orgullo de ser docente y su determinación para defenderla conjuntamente con familias y alumnado.
También con el resto de sectores públicos y con el conjunto de trabajadores: la lucha por la educación es de todos y la lucha de los demás es también la nuestra. Porque si nos llevan a un modelo laboral y social tercermundista no hay espacio para un escuela de calidad de tod@s y para tod@s y si no hay esa escuela no tendremos ni una sociedad justa, ni una democracia de calidad, ni unos ciudadanos formados, informados, críticos y comprometidos con su con tiempo y con su pueblo. La lucha y la marea verde continuarán porque si deterioran la escuela pública nos roban el futuro.
Agustín Moreno, profesor de Vallecas
1 comentario:
Estupendo. Gracias.
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