El día 4
de diciembre ha comenzado, a las 0,00 horas, la campaña electoral en España. A
partir de este momento, el debate entre los candidatos y candidatas de los
partidos políticos ocupará una buena parte del tiempo de los medios de opinión
y de la práctica totalidad de las informaciones y debates. Es un momento
especialmente importante puesto que el mapa que salga de estas elecciones es
sin duda alguna diferente del que hasta el momento ha sido dominante en el caso
español. Esta bitácora también se sumará a este torbellino publicitario sin que
sin embargo se vuelque en el espacio catódico en el que parece que se
desarrollan las estrategias de los principales partidos en liza. Por eso la
primera noticia que abre estas reflexiones previsibles sobre el tiempo electoral
se dedica precisamente a quienes no pueden votar, a los residentes fuera de
España a los que una legislación inicua impide que puedan participar en los
asuntos públicos como ciudadanos españoles que son, haciendo asi inviable el
mandato constitucional.
Sólo el 6 % de las personas que
viven fuera de España van a poder votar en las elecciones generales, mucha
gente jóven expulsada por falta de oportunidades. El sistema sabe que es un
voto crítico y por eso le pone tantas trabas.
Las
cifras son propias de los peores pucherazos electorales perpetrados en la historia reciente: el Censo
Electoral de Residentes Ausentes (CERA) está integrado por 1.880.026 personas
con derecho a voto. Gente que ha ido a la embajada, se ha inscrito en el
Registro Consular -perdiendo con ello su cobertura sanitaria en España- y que
ha rellenado la solicitud correspondiente.
De ellos,
han conseguido terminar el complicadísimo proceso de ruego de voto apenas
115.055. Un mísero 6,11% de todo el padrón
electoral exterior que ha tenido la suerte, o la habilidad, de completar la
gimnkana burocrática de estas semanas. Y ni siquiera ellos
tienen asegurado el poder ejercer su derecho al sufragio: quedan los
imponderables, los retrasos de correos, las direcciones mal escritas, las
distancias de quienes viven en un pueblo de Australia a 800 kilómetros de la
oficina de correos importante más cercana. Tendremos suerte si llegan a 100.000
los votos emitidos en estas elecciones.
En este sentido, una serie de
personas firmaron un manifiesto por la defensa del voto de los residentes en el
extranjero, que con el subtítulo DOS MILLONES DE VOTOS referido a la cantidad
real de españolas y españoles residentes fuera de España, se publicó en esta página,
http://www.dosmillonesdevotos.org/
Los resultados no han sido, como
se sabe, satisfactorios. Por eso desde la Marea Granate se han puesto en
práctica algunas iniciativas como la que sigue: El voto donado / rescatado
Yo quiero votar y no puedo. Tu
puedes votar y no quieres. Dona y vota por mí desde allí #RescataMiVoto
Marea Granate pone en marcha una
web para que abstencionistas voluntarios tengan la posibilidad de donar su voto
a emigrantes españoles forzados a no ejercer este derecho fundamental como
consecuencia de la ley del voto rogado, implantada por PSOE en 2011 y
perpetuada por el PP.
Hemos hecho todo lo posible para
intentar romper las cadenas impuestas por la reforma de la ley electoral
aprobada durante el mandato del PSOE y mantenida contra viento y marea por el
PP. El resultado, a la vista está, es decepcionante, por mucho
que haya aumentado en un punto porcentual el número de ruegos aceptados en
relación a otros comicios.
Una web para buscar donantes de voto cómo último recurso, y en un intento más de garantizar el derecho fundamental de los emigrantes españoles a participar en la vida política de su país, estén donde estén, Marea Granate pone en marcha una página web con la que pretende poner en contacto a emigrantes que quieren votar y no pueden, con otra persona que sí puede votar pero no quiere. De esta forma, un abstencionista voluntario podrá donar su voto para que un abstencionista forzoso ejerza su derecho fundamental. Esta medida respeta el resultado que se daría con un sistema electoral justo, al mantener la proporcion de abstenciones y votos que habria si no existiera el voto rogado.
El sistema es sencillo. El
ciudadano que quiere abstenerse se registra en la web -solo necesita poner su
correo electrónico y su comunidad autónoma-. Por otro lado, el emigrante que
busca un donante de voto introduce también estos datos en el sitio web. El
programa mandará un correo automático al email facilitado que desvelará si hay
alguien de tu misma CCAA para intercambiar el voto.
Marea Granate no pide el voto por
ningún partido, ni siquiera pide a la gente que vote, tan solo lucha para
garantizar uno de los derecho fundamentales de la democracia, el sufragio, para aquellos que no lo pueden ejercer.
Como colectivo queremos dejar
claro, una vez más, que lo que está ocurriendo con el voto exterior es un
pucherazo. No estamos ante una situación derivada de un error burocrático o de
un retraso logístico. No. Privar a casi dos millones de personas de su derecho
a voto en unas elecciones tan importantes como las próximas generales y hacerlo
además por enésima vez, solo tiene un nombre: alterar expresamente el resultado
de las urnas. Nos han estafado y, al menos, pedimos que no se utilicen
subterfugios: el 20D no estaremos todas porque no nos dejarán estar.
No nos vamos a cansar y saldremos
a la calles de todo el mundo a reclamar, una vez mas, nuestro derecho.
#VotoRogadoVotoRobado
1 comentario:
El resultado, en mi opinión, es decepcionante vivus.es prestamos rapidos pero el número de solicitudes aceptadas en relación con otras elecciones ha aumentado significativamente en un punto porcentual.
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