En el mundo de la globalización, que ha sufrido una crisis profunda a
partir del 2008 que ha sido resuelta mediante un salto hacia adelante en cuanto
a la potenciación de la banca sistémica y la colocación de inmensas cantidades
de dinero en productos derivados directamente relacionados con la especulación,
la financiarización de la economía mundial se ha visto acompañada del
incremento del endeudamiento de los Estados, y la determinación directa por las
instituciones financieras de la producción normativa de éstos en materia fiscal,
social y laboral. Particularmente relevante a este particular es la situación
europea a partir de la crisis del euro en el 2010 y la puesta en marcha de una
gobernanza económica que ha venido a instaurar de hecho una situación de
excepción para los países sobre endeudados del sur de Europa, que habían
invertido ingentes sumas de dinero en el rescate bancario, como es el caso de
España. Es importante resaltar el
significado de este mecanismo. A ello se va a dedicar el próximo 19 de abril, un seminario internacional organizado por la Federación de Industria de CCOO y el CELDS de la UCLM, con la participación de importantes exponentes sindicales sobre este tema.
Los sucesos que han rodeado a partir del 2010 la asistencia financiera a
los estados-nación de la periferia sur de Europa tras el derrumbe del sistema
bancario, las masivas inyecciones de dinero público para su saneamiento y el
consiguiente endeudamiento público de éstos países, desembocan en la previsión
de asistencia financiera a estos estados con dificultades de solvencia en los
mercados financieros, lo que implica un cierto traslado de soberanía desde los
estados-nación hacia las entidades privadas
y públicas de inversión y financiación. Los gobiernos adoptan esas
decisiones por procedimientos de urgencia ante el cual los parlamentos se
encuentran con el hecho consumado. Se impide así cualquier discusión política
que discrepe o cuestione los criterios que acompañan a esa asistencia
financiera en cualquiera de sus grados, como si fuera intangible la
razonabilidad de las decisiones tomadas por las instituciones europeas e
internacionales que refinancian al estado-nación y que imponen recortes
sociales y derogaciones de derechos.
En esa excepcionalidad económica que lleva implícito un principio de
“condicionalidad política” entendida de manera absoluta, dirigista y en
consecuencia sustraída al juicio democrático, se transfiere la autoridad sobre
el presupuesto económico de un país y por tanto sobre las decisiones
fundamentales en materia de gastos y de ingresos, de un nivel relativamente
democrático – el nacional estatal – a instituciones europeas intergubernamentales
– como el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEE) – creando un nuevo modelo de
intervención sobre las políticas nacionales que expropian de alguna manera la
soberanía nacional de éstas, puesto que imponen unas políticas – las que
realizan las “reformas de estructura” sobre la base de la llamada austeridad
– a cambio de permitir la solvencia y
liquidez financiera del Estado. La administración de estos procesos se lleva a
cabo a través de nuevos instrumentos institucionales, como el MEE, gestionados
por principios claramente oligárquicos, al servicio por otra parte de las
instituciones financieras más fuertes. Son los mercados financieros y los
mayores bancos los directos beneficiados por las políticas de recorte que
satisfacen los intereses de los “acreedores” – esencialmente los bancos – en el
marco de la financiarización internacional, y estos intereses resultan más
vitales e importantes que los derechos de los ciudadanos y el compromiso de los
gobiernos en garantizarlos. El caso de Grecia es paradigmático al respecto,
porque la posición del gobierno de su gobierno de llegar a soluciones posibles
que respetaran elementos mínimos del Estado social y de los derechos de las
personas más vulnerables, pese a tener el apoyo mayoritario de todo el pueblo
griego en referéndum, fue conscientemente combatido por el Eurogrupo y los
“acreedores” para imponer, a través de la presión insoportable del BCE, un
programa de “rescate” claramente humillante que castigaba la decisión
democrática de la nación griega y que desarrollaba un programa económico de
recortes salariales, de empleo y de prestaciones sociales que obligaron a
Grecia a violar sus propios compromisos internacionales en cuanto a la OIT y la
Carta Social Europea.
El resultado de la nueva gobernanza económica europea no se reduce por
tanto a una serie de cifras. En los términos que aquí interesa, el diseño
político (y democrático) del trabajo ha sufrido un deterioro muy importante. El
objetivo central de las políticas de austeridad ha sido el desmantelamiento de
las garantías estatales y colectivas del derecho del trabajo y la
reconfiguración en clave asistencialista de las estructuras de seguridad
social. La gobernanza económica europea ha generado una política de
inaplicación selectiva de derechos fundamentales garantizado tanto a nivel
supranacional por la CDFUE como por el modelo constitucional del Estado Social,
induciendo fenómenos muy intensos de mutación constitucional, como puede
documentarse en el caso español. En el
2011, se modificó el art. 135 de la Constitución Española (CE) para imponer la
regla del equilibrio presupuestario y la prioridad en el pago de la deuda a los
acreedores sobre el gasto social, lo que
se ha visto acompañado de la acción del Tribunal Constitucional que, frente a
sus homólogos de Portugal o de Italia, en materia laboral y social ha
confirmado rotundamente la situación de excepcionalidad económica (y social) sobre la base del interés constitucional
prevalente en un sistema económico neoliberal que permite al poder público redefinir
sobre estas premisas el contenido esencial del derecho al trabajo, de las
políticas de empleo y del derecho a la negociación colectiva.
Lo que emerge de estas políticas desplegadas en el
espacio integrado económica y monetariamente del euro es la consideración del
campo de los derechos individuales y colectivos derivados del trabajo como un
obstáculo a la recuperación económica, y el gasto social como un componente
subsidiario que debe ser sacrificado al pago de los intereses de la deuda. La
autoridad política de gobierno pierde su soberanía y genera una cierta
“despolitización” del espacio delimitado por los intercambios comerciales y la
capitalización financiera, inmunizándolo respecto de las decisiones
democráticas y de las garantías de los derechos ciudadanos. Estos, en especial
los derechos sociales, no pueden interferir en ese campo ni impedir las
políticas de gobierno – de gobernanza – del mismo. Se ha puesto en pie una
arquitectura institucional que degrada el sistema democrático de los Estados –
nación, sustituyéndolo por la determinación directa del sistema de derechos que
corresponden a la relación entre trabajo y ciudadanía por un plan financiero
que impone realmente un modelo neoautoritario de relaciones laborales y degrada
fuertemente las estructuras del Estado Social. Esta constatación no sólo sirve
para Europa – aunque es más llamativa al tratarse de un área geopolítica
en el que tradicionalmente el crecimiento económico iba asociado a un marco de
libertades políticas y de justicia social – sino para otros muchos países del
mundo particularmente expuestos a esta soberanía financiera global que
reemplaza la capacidad de los Estados para decidir sobre políticas sociales y
la regulación de las relaciones laborales.
Este es el marco en el que el sindicalismo tiene que desplegar su actuación. No es fácil, y es importante debatir y reflexionar sobre las capacidades de una acción coordinada a nivel supranacional. Con ocasión del Congreso de la Federación de Industria de CCOO en Toledo, ésta en colaboración con el CELDS de la UCLM, ha organizado un seminario internacional en donde intervendrán, junto a Laura Mora, Antonio Baylos (ambos por la UCLM) y Juan Blanco por la Federacion de Industria de CCOO, importantes exponentes del sindicalismo europeo como Maurizio Landini (FIOM-CGIL)
y Angélica Jiménez (IG Metall). Además, participarán en el debate las Secretarías Generales de Industriall Global Union
(Valter Sánches), Industriall Europe (Luc Triangle), EFFAT (Haraldt
Wiedenhofer) y UITA (Sarah Meyer). El seminario se celebrará el 19 de abril en el Aula Magna del convento de Madre de Dios, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UCL en Toledo, y es un acto abierto a las personas interesadas, entre las cuales habrá muchos sindicalistas y gentes de la Universidad. El evento muestra la importante convergencia entre las preocupaciones teóricas de los juristas del trabajo y las reflexiones estratégicas del sindicalismo europeo, y se da cuenta a continuación del programa previsto. Ni que decir tiene que este blog se hará eco del desarrollo concreto de este seminario internacional.
SEMINARIO
INTERNACIONAL
Globalización, Desregulación,
Gobernanza. Escenarios de la crisis y acción sindical.
Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales UCLM
Convento San Pedro
Mártir
Aula Magna Madre de
Dios
19 de abril de 2017.
15 a 17,30h.
Intervenciones:
LAURA MORA CABELLO DE
ALBA (UCLM)
JUAN BLANCO BLANCO
(Federación de Industria de CCOO)
ANTONIO BAYLOS (UCLM)
ANGÉLICA JIMÉNEZ (IG
Metall).
MAURIZIO LANDINI
(FIOM – CGIL)
A las intervenciones
se seguirá un debate en el que estarán presentes los dirigentes de las
principales internacionales sindicales: las Secretarías Generales de
Industriall Global Union (Valter Sánches), Industriall Europe (Luc Triangle),
EFFAT (Haraldt Wiedenhofer) y UITA (Sarah Meyer).
Organizan:
Centro Europeo y Latinoamericano para el Diálogo social
(CELDS) de la UCLM
Federación de Industria de CC.OO.
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