La segunda jornada del Congreso de la Federación de
Industria de CCOO que se desarrollaba en Toledo, ha permitido que la importante
representación de delegados de oros sindicatos europeos y globales, hayan
acudido al seminario internacional organizado en la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales de la UCLM, en el Convento de San Pedro Mártir, donde se
discutía sobre la desregulación laboral producida por la globalización
financiera remachada, en el caso europeo, por la política de austeridad de la
nueva gobernanza económica. Al final de la jornada, ya en el lugar del
Congreso, se ha celebrado una mesa redonda en la que se ha puesto el énfasis en
algunas experiencias nacionales de especial relieve para la acción sindical,
entre las que destacaba desde luego la situación en la que se encuentran Europa
y el Reino Unido tras el brexit.
La jornada ha comenzado con una visita turística de los invitados
extranjeros al complejo arquitectónico en el que está situada la Facultad, con
una incursión a la iglesia del convento y a la tumba de Garcilaso de la Vega junto con la vista imponente desde la terraza
del centro sobre la ciudad de Toledo. El seminario se celebró en el Aula Magna
del centro, situada en la parte del convento de Madre de Dios, precedido de un
almuerzo en la antesala de la misma. Laura
Mora dio la bienvenida a los presentes por parte de la UCLM y Juan Blanco hizo lo propio desde la
Federación de Industria de CCOO, enlazando esta actividad con el debate
sindical que tanto a nivel europeo como a nivel global tenía planteado el
movimiento sindical. A continuación intervinieron Antonio Baylos por la UCLM, Angélica
Jiménez como responsable de internacional de la IG Metall alemana y cerró
el turno de intervenciones desde la mesa Maurizio
Landini, secretario general de la
FIOM-CGIL italiana, que se centró en el objetivo de reunificar el mundo del
trabajo como eje de la acción sindical que debe naturalmente coordinarse tanto
a nivel nacional-estatal ( que parecía ser la propuesta más segura ) como a
nivel europeo y global, aunque conscientes de la debilidad de estas estructuras
supranacionales. Tras las intervenciones de los miembros de la mesa, hubo un
animado debate en el que intervinieron, entre otros, Ivana Galli, de la Federación Agro alimentaria de la CGIL, Isidor Boix y Cristina Faciaben de CC.OO., Luc
Triangle de Industriall Europe, y otros dirigentes sindicales europeos.
Posteriormente los más de cuarenta sindicalistas asistentes al seminario se
encaminaron a la sede del Congreso, donde se efectuó una mesa redonda, dirigida
por Juan Blanco y con la presencia
del Secretario General de la Federación, Agustín
Martín, en la que se analizó la emergencia de propuestas de regulación de
las relaciones laborales en diferentes países, como Gran Bretaña, Francia,
Italia y España, que representaban una interesante convergencia entre juristas
y especialistas en relaciones laborales y sindicalistas y que deberían ponerse
en común y encontrar los puntos de avance y desarrollo posibles, junto con la
conveniencia de iniciar espacios de convergencia europeos que coordinaran las
propias plataformas de los convenios colectivos en diferentes países, o la
convergencia en acciones en tema de género, recuperando la capacidad de
intimidación del sindicato abierto en el plano de las movilizaciones a otras organizaciones
sociales.
Tras las intervenciones en ese sentido de Antonio Baylos y de Nicanor Cue, de la FGTB Metal de
Bélgica, habló extensamente del Brexit
y de las consecuencias muy negativas del mismo tanto para el Reino Unido como
para los propios trabajadores europeos Simon Dubbins, el secretario general del Metal de
Unite, el más grande sindicato británico, que explicó el autolesionismo que se
había producido en Inglaterra por sectores importantes de la propia clase
obrera, y el desplazamiento de la pésima situación de inseguridad laboral
creada por décadas de políticas neoliberales en Gran Bretaña al “burocratismo”
de la Unión Europea y a la inmigración, sin que la izquierda ni el propio
sindicato hubiera podido contrarrestar con su discurso la deriva
ultraderechista y xenófoba que subyacía a las posiciones que vencieron por
estrecho margen en el referéndum de junio. La perspectiva sindical ahora se
centra en garantizar en todo caso la protección de los puestos de trabajo y la
inversión, la garantía de permanencia de las leyes laborales y sociales que en
gran medida provienen de directivas europeas y que el gobernó conservador
quiere revisar, “una a una” para dictaminar su subsistencia o no, y exigir la
participación de los sindicatos en la negociación de las condiciones de salida
de Gran Bretaña de Europa. No es posible aceptar una solución que pretenda
mantener el pleno acceso al mercado de bienes y capitales del Reino Unido – por
lo demás la unidad del mismo será puesta en entredicho como consecuencia del brexit – sin que se garanticen los
derechos laborales y civiles que reconoce la Unión Europea y forman parte del “pilar
social” de la misma. Juan Blanco leyó
por último un mensaje de salutación del secretario general de los metalúrgicos
norteamericanos y canadienses, y Agustín
Martín cerró el acto ante más de doscientos delegados e invitados al
Congreso.
En síntesis, ambos encuentros han venido a subrayar que la solidaridad internacional
es la clave para forjar el futuro y que no hay reductos nacionales que puedan
escapar al plan neoliberal que quiere imponer sus diseños estratégicos de
recorte de la democracia y de restricción de los derechos laborales,
remercantilizando un trabajo fragmentado y dislocado que da lugar a
enfrentamientos entre los propios trabajadores, dentro y fuera de sus
respectivos países. Frente a ello, la capacidad de reformular nuevos escenarios
constituye el gran reto para la acción sindical.
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