En el 2021 se cumplirán veinte años del Foro Social
Mundial que se inauguró en Porto Alegre a finales de enero del 2001,
coincidiendo con el encuentro de naciones desarrolladas y de grandes
financieros en el Foro Económico Mundial de Davos. El Foro Social Mundial
estaba compuesto por centenares de movimientos y organizaciones sociales que
cuestionaban el neoliberalismo y la globalización financiera, y que, desde múltiples
perspectivas, convergían en la posibilidad de una globalización diferente, desplegada
en una serie de eventos y foros temáticos y en ediciones descentralizadas en
varias partes del mundo. A partir de la proclamación que surgió en Porto Alegre
que “otro mundo es posible”, el Foro se convierte en un proceso permanente de
búsqueda y construcción de alternativas, no limitándose exclusivamente a los
eventos que le den apoyo. El Foro reúne y articula a entidades y movimientos de
la sociedad civil de todos los países del mundo, pero no pretende ser una
instancia de representación de la sociedad civil mundial.
El Foro se define por tanto como un espacio de intercambio de
experiencias, un espacio de debates, y un movimiento de ideas que estimula la
reflexión y la divulgación transparente de los resultados de esa reflexión
sobre los mecanismos e instrumentos de dominio del capital, sobre los medios y
las acciones de resistencia y de superación de ese dominio, sobre las
alternativas propuestas para solucionar los problemas de exclusión y
desigualdad social que están siendo creados, tanto internacionalmente como en
el interior de los países, por el proceso de globalización capitalista, con sus
dimensiones racistas, sexistas y destructivas del medio ambiente. La carta de
Principios del Foro Social impide organizar acciones colectivas en su propio
nombre, aunque las acciones regionales y globales llevadas a cabo por las redes
de movimientos y organizaciones que integran el FSM, siempre y cuando estas
iniciativas respeten su Carta de Principios, pueden entenderse como parte del
proceso del propio Foro.
Sin embargo, un amplio grupo de personalidades intelectuales globales,
que han formado parte desde el inicio de esta experiencia valiosísima, han elaborado
un manifiesto en el que defienden que es conveniente un cambio en la propia
conformación del Foro Social, que trascienda su caracterización primara y asuma
una posición de mayor intervencionismo activo, transformándose en un “espacio
de acción”.
El manifiesto será sin duda distribuido en muchas plataformas y medios de
comunicación a lo largo del mundo. Desde su modestia, este blog también coopera a la difusión del
mismo, publicándolo en su versión en castellano.
MENSAJE AL FORO SOCIAL MUNDIAL:
SEGUNDO MANIFIESTO DE PORTO ALEGRE - DE ESPACIO ABIERTO A ESPACIO DE ACCION
Hemos firmado la carta, Frei Betto, Atilio Borón, Bernard Cassen, Adolfo
Perez Esquivel, Federico Mayor, Riccardo Petrella, Ignacio Ramonet, Emir Sader,
Boaventura Santos, Roberto Savio, Aminata Traoré, todos firmantes de la declaración
de Porto Alegre. Hemos perdido, desde 2005, brillantes compañeros (Eduardo
Galeano, José Saramago, Francois Houtart, Samir Amin, Samuel Ruiz Garcia,
Immanuel Wallerstein). Pero hemos compartido mucho con ellos y creemos
saber lo que pensarían. Los que estamos vivo hemos querido enviar este mensaje
al FSM, para que tenga un elemento más de estímulo y de reflexión. El espíritu
de nuestra iniciativa queda representado en el mensaje de adhesión del Premio
Nobel para la Paz, Adolfo Perez Esquivel: “gracias por la iniciativa de
revivir la fuerza y esperanza del FSM, hace tiempo estabamos pensando en algo
semejante de volver a encontrar caminos que nos identifiquen en la diversidad
del pensamiento y de las acciones para enfrentar los desafíos
de nuestro tiempo. Desde ya queridos hermanos sumo
mi firma y les abrazo”.
¿El Foro Social Mundial, que celebra su vigésimo aniversario en 2021, es
sólo un espacio abierto o puede, debería ser, también un espacio de acción?
Esta cuestión ha sido discutida durante años en su Consejo Internacional y
hasta ahora no hubo posibilidad de llegar a una conclusión.
En el FSM de Porto Alegre del 2005 algunos de nosotros lanzamos el
”Manifiesto de Porto Alegre”, preocupados por la creciente marginalización del
FSM en la escena global. Sabíamos que rompíamos la regla de que el Foro no
puede hacer declaraciones pero nos pareció una manera de contribuir con los
ricos debates de Porto Alegre a la política internacional. Al año
siguiente se difundió el “Llamado de Bamako”, en el mismo sentido. Ninguno de
ellos tuvo respuesta.
Después de 15 años, nuestra preocupación se ha revelado sumamente real.
El Foro nació en el 2001 por el esfuerzo generoso y visionario del grupo
brasileño y el apoyo que encontraron en la época de Lula. La progresiva
internacionalización llevó al FSM a todos los continentes. La idea de abrir un
espacio a los movimientos sociales y a intelectuales críticos para intercambio
de experiencias y de ideas, en pos de combatir al pensamiento único del
neoliberalismo, era una idea revolucionaria y de gran impacto en el mundo. Ante
la amenaza del inicio de la guerra de EEUU contra Irak el FSM mostró su inmenso
potencial convocando a multitudinarias marchas de rechazo coordinadas
globalmente. Sin embargo, ese tipo de iniciativas no
prosperó.
Desgraciadamente, el FSM no ha aceptado ningún cambio de sus reglas y
prácticas, aunque estamos en la víspera de dos décadas de su creación. La idea
de un espacio abierto, sin posibilidad de interactuar con el mundo exterior
como un sujeto político global, ha hecho del Foro un actor marginal, que ya no
es punto de referencia. En estos últimos años por lo menos tres grandes
movimientos populares han movilizado millones de personas en el mundo: el de la
lucha en contra del cambio climático, por la igualdad de género, y el
antirracismo. Allí el FSM ha estado totalmente ausente como actor colectivo
global. Pero la idea creativa del FSM, de luchar en contra del neoliberalismo
con una visión holística y no sectorial, mantiene toda su fuerza y vigencia,
junto a las luchas anticoloniales, antipatriarcales y por el respeto a la naturaleza
y los bienes comunes que hoy nos convocan.
Se necesita acción. El mundo ha cambiado, y no para
mejor. Hoy, no sólo nos enfrentamos a las devastadoras consecuencias de
cuarenta años de capitalismo neoliberal, estamos dominados por los mercados
financieros y amenazados por el rápido cambio climático que podría hacer
imposible la vida humana en la tierra. La pobreza masiva y las desigualdades
crecientes dividen nuestras sociedades, junto con el racismo y la
discriminación.
La resistencia
también está creciendo. 2019 ha visto un flujo abrumador de movimientos
principalmente de jóvenes, en una gran cantidad de ciudades importantes de todo
el mundo. Ellos saben que el viejo mundo está muriendo, y con impaciencia
quieren construir un mundo nuevo, de justicia y paz, donde todos los hombres y
mujeres sean iguales, donde se conserve la naturaleza y la economía esté al
servicio de la sociedad. Se están preparando muchas alternativas, pero no hay
un espacio que pueda reunirlas y construir nuevas narrativas comunes y
globales, basadas en experiencias de base y capaces de guiar acciones futuras.
Los activistas y académicos progresistas están tan fragmentados que corren el
riesgo de perder no solo la batalla sino también la guerra.
COVID-19 es sólo otra crisis, que por primera vez afecta a todas las
personas al mismo tiempo, a pesar de que no con la misma intensidad. El mundo
se ha convertido en una aldea en la que somos interdependientes. Nunca antes
había sido tan claro que, de hecho, tenemos que actuar y hacerlo juntos. El
Foro Social Mundial todavía tiene un gran potencial para darle voz y ayudar a
los movimientos a poner sus alternativas en un contexto global donde los nuevos
discursos y prácticas puedan converger. Es por eso que, los que participamos en
el FSM desde su inicio y firmamos las declaraciones de Porto Alegre y Bamakò,
pedimos un “renovado foro social mundial,". Nos enfrentamos a una crisis
global multidimensional; se necesita acción a nivel local, nacional y global, con
una articulación adecuada entre ellos. El FSM es el marco ideal para promover
esta acción. De eso se trata esta iniciativa.
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