La Fundación 1 de mayo ha lanzado este manifiesto de apoyo al sindicalismo en el 40 aniversario del proceso 1001, una causa general contra la libertad sindical y el sindicalismo de clase en las postrimerías del franquismo. Recobrar hoy la memoria de aquel tiempo de tinieblas es muy pertinente, cuando arrecia una campaña salvaje contra las organizaciones sindicales y se avanza en una criminalización sin precedentes del conflicto y la resistencia social. Las adhesiones al manifiesto pueden ser enviadas a crivas@1mayo.ccoo.es . Es importante situarnos en este lado, que es el de la democracia y la libertad.
En el
40 aniversario del Proceso a CC OO
EN
DEFENSA
DEL
SINDICALISMO
Manifiesto
de 1001
Juristas,
sociólogos y economistas
Los abajo firmantes,
profesores universitarios y profesionales del derecho, la economía y la
sociología del trabajo, hacemos público el presente MANIFIESTO en defensa del
sindicalismo, en el cuarenta aniversario del Proceso 1001 por el que la
dictadura franquista pretendió condenar a las Comisiones Obreras.
La magnitud de la crisis económica y sus efectos devastadores sobre el empleo, así
como el sesgo ideológico de su gestión
política basada en recortes de derechos y prestaciones, han reactivado el
debate en torno a la cuestión social y
conferido una nueva centralidad al trabajo como factor de ciudadanía, poniendo
de manifiesto los dramáticos desajustes entre su oferta y demanda, que han
generado seis millones de parados y la degradación creciente de las
prestaciones del Estado de Bienestar.
Sin embargo, el modelo que se está imponiendo
trata de romper todos los dispositivos legales (Derecho del Trabajo),
organizativos (Sindicatos) e institucionales (Negociación Colectiva) que se han
desarrollado históricamente con objeto de compensar colectivamente la profunda
asimetría que caracteriza la relación capital/trabajo.
La reforma laboral impuesta por el gobierno
apunta contra dichos dispositivos con el objetivo de desequilibrar radicalmente
las relaciones laborales, tanto en sus medios (aumenta el poder empresarial,
disminuye la tutela judicial y la
cobertura de la negociación colectiva) como en sus fines (devaluación salarial,
desregulación normativa y debilitamiento del poder contractual de los
trabajadores).
Es en este contexto en el que cabe situar la
insistente e insidiosa campaña de deslegitimación del sindicalismo, en la medida
en que la reducción de sus recursos (legales, representativos, materiales,
humanos y simbólicos) y el debilitamiento de sus posibilidades de intervención
(tutela y asesoría laboral, negociación colectiva, gestión del conflicto y
participación institucional), resulta imprescindible para garantizar la
desregulación de las relaciones laborales y el desmantelamiento del Estado de
Bienestar.
Los cambios generados por la crisis (paro,
desregulación, precarización del empleo, etc.) complican, extraordinariamente,
la agregación y representación colectiva de los intereses de los trabajadores
por parte de los sindicatos, que han de hacer frente en condiciones difíciles a
crecientes tendencias disgregadoras en el mercado de trabajo y las relaciones
laborales.
Con todo, estamos convencidos de que la
crisis es también una oportunidad para reivindicar y poner de nuevo en valor la
función del sindicalismo, repensar acerca de sus errores y limitaciones y
renovar sus estructuras, discursos y planes de trabajo.
En el contexto de la actual crisis económica,
social y política, consideramos que la defensa
y reivindicación del sindicalismo, de sus valores, función social y
conquistas modernizadoras, resultan más necesarias que nunca y suponen defender tanto su trayectoria histórica
como promotor de derechos e impulsor de reformas sociales, como su actual
intervención garantista frente a la involución que plantean patronales y
gobiernos, así como su proyecto de futuro para una sociedad más justa, más
libre y más solidaria.
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