sábado, 19 de septiembre de 2015

LOS SINDICATOS ESPAÑOLES Y LA ANTISINDICALIDAD DEL GOBIERNO BRITÁNICO


Posiblemente no lo habrán leído en la prensa (lo que es casi seguro porque la prensa no lo ha recogido) pero ante el encuentro de Rajoy con Cameron a comienzos de mes, los sindicatos españoles se dirigieron al presidente de gobierno español para que le trasladara al británico la preocupación del TUC por la política hostil a los derechos humanos y laborales del gobierno conservador. Como puede figurarse el lector del blog, la recomendación no ha surtido ningún efecto, al contrario, el gobierno británico ha puesto en marcha un proyecto de ley que restringe de forma directa el derecho de huelga y la posibilidad de los fondos políticos de los sindicatos y mantiene el resto de medidas denunciadas sindicalmente. La posterior elección como líder del partido laborista de Corbyn, ha supuesto un importante revulsivo en la situación británica. No hace falta señalar que Jeremy Corbyn es el candidato de los sindicatos británicos, en especial la potente federación UNITE pidió públicamente el voto para él, y recientemente Corbyn ha comparado, justamente, el proyecto de ley sindical de los conservadores con las “tácticas represivas” del General Franco en España. A continuación, un resumen de esta relación entre el sindicalismo español y británico.

Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, se han dirigido al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para trasladarle la preocupación del sindicato TUC, del Reino Unido, acerca de las intenciones que en relación a las políticas sociales europeas pretende renegociar con la UE el Primer Ministro Sr. Cameron y que está exponiendo en una gira por diversas capitales europeas.

La posición del gobierno británico preocupa en el movimiento sindical europeo porque pretende, entre otras cosas, que se limite el acceso a los beneficios para los inmigrantes europeos; que se promuevan medidas para prevenir que los países de la zona euro tomen decisiones contrarias a los intereses de los Estados miembros que no pertenezcan a la euro-zona; que se permita desde la Unión Europea que los parlamentos nacionales puedan bloquear una nueva legislación de la UE y tener derecho a una cláusula permanente de autoexclusión (opt-out) en lo que se refiere a una mayor integración europea.

Si estos planteamientos tuvieran algún reconocimiento por parte del Consejo Europeo, CCOO y UGT creen que se caminaría de forma acelerada hacia la desintegración del Modelo Social Europeo. No es esta la Europa que se requiere,  sino una Europa de los ciudadanos y no solo una Europa del Mercado Único, una Europa donde se respeten y amplíen, con nuevas iniciativas legislativas, los derechos de los trabajadores.

La posterior iniciativa antihuelguìstica ha sido objeto de críticas muy serias por parte de los laboralistas británicos, que han movilizado solidaridades en otros países europeos. El ICTUR, instituto próximo al TUC, ha convocado en Londres una muy importante conferencia internacional sobre las violaciones del derecho de huelga para el 1 de octubre. El proyecto del gobierno  no sólo ha provocado la repulsa del mismo por nuestros sindicatos, sino que se pretende incluir este tema en la agenda del Congreso de la CES próximo, junto con la actitud del gobierno y del Ministerio Fiscal español que han lanzado una importante operación de criminalización de la huelga en España, como se puede comprobar por el procesamiento de más de trescientos sindicalistas acusados de piquetes coactivos o, como en el caso de los ocho de Airbus – cuyo juicio se ha aplazado hasta febrero de 2016 – de otros delitos conjuntos como atentados o daños. En este sentido el ataque al derecho de huelga es un lugar común en la estrategia de la derecha neoliberal europea, frente al cual no cabe sino la reivindicación de esta capacidad de acción colectiva como elemento prioritario de la actuación sindical. No son estos dos los únicos ejemplos en Europa: Chequia primero, ahora Finlandia, se unen en una suerte de carrera restrictiva del derecho de huelga, buscando minorar o incluso reprimir directamente la expresión de este derecho.


Es importante que se cobre conciencia de la deriva en la que un neoliberalismo autoritario rampante en buena parte de Europa está progresivamente afirmando, ayudado por un sistema electoral desigual que expulsa, mediante sus fuertes pulsiones a la concentración de voto, a las minorías (que son extremadamente amplias) alternativas o que sencillamente quieren hacer un nuevo diseño del trabajo y las figuras que lo regulan, los poderes que se reconocen a las mismas y su posible y previsible uso en defensa de los intereses de los trabajadores. En este proyecto, la solidaridad activa con los sindicatos británicos de los sindicatos españoles, y de hecho, ya se ha convocado para primeros de octubre, una concentración sindical ante la embajada británica para protestar directamente contra el proyecto de ley sindical que reduce a la nada el derecho de huelga, un tema que ha eclipsado el resto de las críticas a la política de Cameron.

4 comentarios:

Jaime Cabeza dijo...

Bueno, ahora con Jeremy Corbyn es posible que los Labour y el Scotish National Party se entiendan en la Hose of Commons, una vez que decaen los laboristas más amantes de la Unio Jack.

Simon Muntaner dijo...

Una opinión que comparto y que me parece que puede ser muy importante para el futuro de Gran Bretaña en relación con la posible recomposición de la izquierda en Europa

Anónimo dijo...

Si los sindicatos británicos apoyan al señor Corbyn y su decidida y apreciable políticas antiausteridad, a mí, sin embargo, me gustaría conocer a quien apoyarán los sindicatos mayoritarios españoles...

Anónimo dijo...

Es retórica la pregunta de Anónimo I? Saludos, JLLB