El martes 3 de noviembre, el
Observatorio Jurídico de la CTA, y los gabinetes jurídicos de la capital y de
la provincia de Buenos Aires de la Central de los Trabajadores Argentinos –
Autónoma (CTA-Autónoma), organizaron en La Plata, en la sede del sindicato de
Judiciales, una jornada de estudio y de debate sobre el derecho de huelga y sus
relaciones con las políticas neoliberales. Al encuentro asistieron numerosos
abogados no solo porteños sino de otros lugares de la República Argentina,
junto con una larga serie de dirigentes sindicales de distintas asociaciones
gremiales de la CTA-Autónoma.
La jornada de estudio la abrió Oscar de Isasi, secretario de la CTA
boanerense, y en una primera intervención Antonio
Baylos habló de las políticas de austeridad y la relación con los ataques
al derecho de huelga en Europa. En ella explicó que el objetivo real de la
gobernanza económica consistía en forzar la transición a un marco autoritario
de relaciones laborales, explayándose sobre la descripción de las medidas de austeridad
y de recortes sociales de una parte y de otra sobre las bases y rasgos del
modelo que se quiere ir poniendo en marcha. Sin embargo, la resistencia a estas
medidas materializada en un ciclo de luchas muy intenso y la conservación de
espacios colectivos de negociación y de conflicto han impulsado una dinámica de
erosión del modelo impuesto, lo que a su vez ha forzado una respuesta represiva
por parte de los gobiernos que de manera importante se centra en el derecho de
huelga, pero no sólo. El caso español de la Ley Orgánica de Seguridad
ciudadana, conocida como Ley Mordaza, es especialmente significativo.
En concreto, el ponente subrayó la existencia
de una ofensiva contra el derecho de huelga que se inició en el plano
transnacional europeo sometiendo la huelga a su funcionalidad respecto de las
libertades fundamentales de prestación de servicios y de establecimiento en el
mercado unificado monetariamente, pero que se ha continuado en muchos
ordenamientos nacionales mediante la erosión de las facultades de ejercicio del
mismo y, en paralelo, con el aumento de las facultades empresariales de
restricción del mismo. El caso de Gran Bretaña y el proyecto de ley sindical
como ataque directo al poder de los sindicatos, fue especialmente señalado,
como asimismo las tendencias que aparecen en otros países como Italia o
Francia, de extremar la intervención pública restrictiva en los llamados
servicios esenciales de la comunidad, incluso vulnerando la propia normativa
sobre los límites de la huelga en ésta, como en el caso de la huelga de los
trabajadores del Colosseo en Roma. Por último se examinó de forma detallada la
persecución penal de los trabajadores y trabajadoras españolas por el hecho de
participar en los piquetes de las huelgas generales del 2010 y 2012, acusados
de coacciones laborales mediante la acción del Ministerio Fiscal y que ha
llevado al procesamiento de masa de 300 personas con peticiones en ningún modo
inferiores a dos años de prisión. El caso de los 8 de Airbus resaltaba esta
verdadera persecución penal que ha sido objeto de una queja ante la OIT por
parte de CCOO y UGT, y que el Congreso de la CES celebrado en Paris en octubre
del 2015, había condenado en una declaración especial al respecto.
Tras la intervención de Baylos, se produjo un amplio debate en
el que fundamentalmente se solicitaron precisiones sobre las medidas de
austeridad en relación con el gasto social y, muy especialmente, respecto de la
negociación colectiva y la situación del empleo público. La comparación entre
el sistema sindical argentino y español también ocupó una parte de la discusión
pública.
A continuación intervino Horacio Meguira, responsable del
Observatorio de Derecho Social de la CTA y profesor de la UBA, que expuso la
situación actual en la que se encuentra el reconocimiento del derecho de huelga
en la OIT. Partiendo de la importancia de la libertad sindical en el desarrollo
de la acción de la OIT, y señalando la pacífica aceptación, hasta los años 90,
de la inclusión de la huelga dentro de la libertad de acción colectiva sindical
por parte de todos los miembros de la organización, en especial los
empleadores, Meguira describió la
ofensiva que en el 2012 iniciaron éstos hasta bloquear las labores de la Conferencia
de la OIT de aquel año y abrir una profunda crisis que se pensó en atajar
mediante el recurso al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. En el
2015, sin embargo, se produjo el acuerdo entre trabajadores y empresarios que
venía a suponer un armisticio entre ambas partes, sin que se zanjara el tema,
unido a una interesante declaración de los gobiernos – en la que se resaltó la
aportación que había hecho a la misma Hugo
Barretto – que inequívocamente ligaban el derecho de huelga con el
contenido de la libertad sindical. El conferenciante terminó alertando sobre la
importancia para el sindicalismo nacional de la instancia de la OIT como campo
de lucha y de influencia, analizando una serie de datos inquietantes respecto
de la reforma de la Constitución de la OIT en curso y la tendencia derogatoria
sobre algunos tratados que de ella se desprende.
Se abrió un debate, ya más breve,
sobre este asunto, y el acto fue cerrado por los responsables del sindicato
anfitrión del evento, tras de lo cual hubo un asado que permitió confraternizar
a todos los asistentes.
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