En el marco de los cursos de
postgrado en derecho para estudiantes latinoamericanos que lleva a cabo todos
los meses de enero la UCLM, que este año suma ya catorce ediciones, el curso de
Derecho del Trabajo codirigido por Antonio
Baylos y Joaquín Pérez Rey se
dedica al estudio de las políticas de austeridad y la crisis de la regulación
laboral en España y en Europa.
El curso lleva el nombre de un
maestro, Oscar Ermida Uriarte, catedrático
de la Universidad de la República de Uruguay y posiblemente el más conocido (y
reconocido) de los iuslaboralistas latinoamericanos. Fue profesor de estos
Cursos de Postgrado en Derecho del
Trabajo desde su primera edición y sólo faltó en enero de 2011, cuando su
enfermedad estaba muy avanzada. Murió en junio del 2011. Oscar Ermida era un jurista
progresista convencido que la dimensión internacional de la regulación del
trabajo debía servir como plataforma para el reconocimiento universal de los
derechos sociales. Pensaba en una globalización de los derechos y en la reforma
social como elemento central de la convivencia política. Desde ese pensamiento,
expresado y mantenido en tantas y tan influyentes publicaciones, y en la
dirección de revistas científicas de relieve como Derecho Laboral, publicada en Montevideo, o la Revista de Derecho Social-Latinoamérica, cuya publicación se
interrumpió a su muerte, su nombre va asociado a este empeño didáctico.
El curso pretende suministrar
conocimientos suficientes a sus participantes sobre una etapa histórica
determinada por la incidencia de la crisis financiera y económica que surge a
partir del 2008 y golpea especialmente a USA y a la Unión Europea. Aunque se
pueden apreciar modelos diferentes de reacción frente a la crisis – el llevado
a cabo por los USA sobre la base de un modelo estatal-nacional hegemónico a
nivel mundial, con una FED como apoyo de la política económica de reactivación
y los primeros intentos del G-20 de reconstruir la crisis sobre la reforma del
capitalismo financiero global – el modelo europeo a partir de la crisis de
Grecia se inscribe en una política neoliberal clásica. Estos planteamientos
ideológicos y sus desarrollos concretos – la incidencia del Fondo Monetario
Internacional, los condicionamientos a las políticas nacionales desde el pago
de la deuda y de los intereses, la orientación estrictamente economicista de
las políticas laborales, etc – pueden constituir un déjà vu para gran parte de los alumnos latinoamericanos, que han
sufrido en la mayoría de sus respectivos países este tipo de políticas
devastadoras por parte del gobierno de sus economías mediante la acción
combinada de los organismos financieros internacionales y unas capas dirigentes
ávidas del enriquecimiento personal durante la década de los noventa del siglo
pasado. Sin embargo, el examen de este momento actual en relación con Europa y
España puede resultar interesante al menos desde un triple punto de vista.
En primer lugar, porque el marco
actual en el que se despliegan estas políticas de austeridad es la Unión
Europea, que tiene una arquitectura institucional compleja en la que se
entrelazan diferentes niveles regulativos, los correspondientes a los estados
miembros en su dimensión constitucional interna, y el nivel “unional” o
supranacional europeo propiamente dicho, donde a su vez se bifurca una
perspectiva federal, una unidad de mercado y un espacio monetariamente
unificado, con problemáticas específicas cada uno de ellos que no están
resueltos de modo armónico o coordinado, sino en contradicción recíproca en
ocasiones muy aguda.
En segundo término, la
deflagración que en este espacio normativo y político ha producido la
afirmación de una política resueltamente neoliberal se ha producido de forma
fragmentada – no todos los ordenamientos nacionales europeos la han padecido ni
en manera idéntica – pero en los casos en los que se ha manifestado con mayor
fuerza, lo ha sido en un contexto de fuertes Estados Sociales y relativamente elevado nivel de renta, es
decir, en un marco normativo que garantiza un amplio catálogo de prestaciones
sociales públicas para atender necesidades sociales con un grado de calidad
aceptable mediante la organización de importantes servicios públicos en materia
de sanidad, un sistema educativo extenso y eficiente, una buena política de
transportes públicos y una promoción de la vivienda por varias formas, junto a un completo sistema de Seguridad Social que
lleva consigo la protección por desempleo, además de un nivel de cobertura de
la negociación colectiva satisfactorio y salarios mínimos interprofesionales.
Lo que quiere decir que la afectación de las políticas de austeridad sobre el
Estado social, la contracción a la que este se halla sometido, es muy
importante, pero no anula ni borra - al
menos por el momento - el mantenimiento de elementos básicos de protección social
que sirven de amortiguador de las consecuencias extremadamente agresivas de
tales políticas.
En tercer lugar, la deflagración
neoliberal se proyecta de manera especial sobre la acción de los sujetos
colectivos y la representación del trabajo. En esta dirección, se pretende la
reformulación de los modelos de relación en el marco de la autonomía colectiva
entre sindicatos y empleadores, forzando su desplazamiento al nivel de la
empresa y debilitando el poder contractual del sindicato en espacios más amplios
y uniformadores, favoreciendo la fragmentación, la variabilidad y la
atomización de los intereses de los trabajadores para romper la capacidad de
agregación de la forma sindicato y difuminar su poder contractual. En el otro
término, la interlocución política y el diálogo social quedan prácticamente
desactivados ante una política definida de manera unilateral frente a la que
solo cabe una intervención adhesiva por parte de los sujetos que representan el
trabajo en una sociedad determinada. El caso español es paradigmático de esta
exacerbación de la antisindicalidad y la negación práctica de los derechos de
acción sindical.
El curso se estructura a través
de una combinatoria de elementos que permitan ofrecer una visión de conjunto lo
suficientemente articulada y compleja de esta etapa histórica en la que nos
encontramos.
El primer elemento que se
presenta es el más determinante, aunque no siempre se considera de esta manera
en las aproximaciones al tema de la austeridad. Se trata de conocer los sujetos
que reciben y resisten las consecuencias de las políticas de austeridad, y
percibir cuales son las líneas principales a través de las cuales se expresa el
rechazo a las mismas, con especial atención no tanto a los hechos o a las
prácticas llevadas a cabo, sino a la forma en que se produce la deslegitimación
de la actuación de los poderes públicos y privados, la repulsa a la corrupción
y al autoritarismo, en definitiva, la narrativa que emerge de estos sujetos
frente a la sucesión brutal de acontecimientos y su imposición violenta por las
autoridades de gobierno y el poder empresarial. Estos sujetos tienen un nombre,
son los movimientos sociales y los sindicatos, y es posible descubrir que
tienen una consideración central en este proceso de resistencia también a través
de la pérdida de valor de las fuerzas políticas que les acompañan, reducidas
éstas últimas a una posición secundaria en el terreno institucional,
irrelevantes a partir del bipartidismo en el plano electoral, y con demasiadas
inseguridades respecto del proyecto de reforma que encarnan, tanto en el nivel
europeo como en el plano nacional.
A continuación, y teniendo en
cuenta el sesgo jurídico del curso, se
ponen de manifiesto los niveles regulativos globales e internacionales en donde
se plantea la vigencia universal de los derechos sociales, puesto que este es
un espacio funcional al discurso de la resistencia colectiva, que se basa en un
rechazo razonado a las políticas de austeridad sobre la base de la negación por
parte de éstas de los derecho asociados al trabajo. Más allá por tanto de la
aproximación “específica” de los derechos laborales en el plano internacional –
con el examen por tanto de la acción normativa y de control por parte de la
OIT, fundamentalmente – se privilegia un planteamiento más comprensivo de estos
derechos en el ámbito de los derechos humanos, de donde los derechos sociales y
económicos no son sino una derivación necesaria, ya superado el viejo debate
sobre los derechos “plenos” o derechos “incompletos” que oponía los derechos
civiles a los derechos sociales. En esta perspectiva, se presta especial
atención a dos “lugares” de protección relevante. Dentro de Europa, la
confrontación entre las políticas de austeridad y la Carta Social Europea, con
un examen detenido de las decisiones del Comité de Derechos Sociales del
Consejo de Europa. Y, con carácter universal, el protocolo facultativo del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) de
las Naciones Unidas, que articula un procedimiento de queja por violación de
derechos sociales y que, en vigor desde el año pasado, vincula al estado
español que es uno de los estados que los suscribieron, bajo el gobierno
socialista, en el 2009.
El tercer elemento del curso es
más convencional. Se dedica a debatir sobre los elementos constitutivos de la
centralidad política y democrática del trabajo y su cuestionamiento por las
políticas neoliberales. En este sentido, se reflexiona sobre lo que implica el
derecho al trabajo y su reconocimiento constitucional, pero a la vez se
interroga sobre si decimos lo mismo cuando hablamos de trabajo y la
resignificación de esta noción en el tiempo presente. El par de nociones
trabajo /empleo es asimismo desarrollado de forma muy amplia, tanto desde el
punto de vista europeo – la política de empleo
de la UE contra el derecho al trabajo –, como del uso inescrutable de
una noción – comodín, la flexiguridad, o
desde el punto de vista de los sujetos vulnerables en materia de empleo.
Y muchas declinaciones del trabajo. Trabajo de cuidados y trabajo doméstico,
trabajo a domicilio o a distancia, trabajo a tiempo parcial y precario, trabajo
inmigrante y flujos de trabajo móvil, tiempo de trabajo y tiempo de vida.
Un elemento posterior es el que
discurre sobre la constitución social del Estado-nación y la contracción de la
ciudadanía social por las “políticas de austeridad”. Desarrollando este aspecto
se analizan las restricciones que éstas han producido sobre los servicios
sociales, la asistencia social, la cobertura de la situación de dependencia, la
protección por desempleo y los niveles de protección ante la pérdida de
trabajo, o la temática de la salud y el medio ambiente. El gran tema aquí es la
relación entre un sistema de Seguridad Social y la democracia, la ciudadanía
social amenazada.
El curso se cierra con una reflexión
abierta sobre la ciudadanía en la empresa y los modelos de Derecho del Trabajo,
la posible “incompatibilidad de caracteres” entre la democracia y la empresa y
la relación ente los modelos de Derecho del Trabajo y los modelos de sociedad,
donde contemplando el presente se debe también mirar el pasado como forma de
explicarlo.
Hay además otras actividades
previstas durante este curso, que dura hasta el 30 de enero. La primera, de la
que ya se ha dado cuenta en este blog, es la presentación del libro “Diccionario
Internacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social”, que edita
Tirant Lo Blanch, y que se efectuará el miércoles 22 de enero a las 16,30 ( Como se ha hecho referencia en este mismo blog, Sobre la presentación de un diccionario internacional). La
segunda, un seminario de formación para el área de Derecho del Trabajo y de la
Seguridad Social de la UCLM, al que están invitados los alumnos y las alumnas
del master, el lunes 27 de enero a las 16,30 de la tarde, que versará sobre las
últimas reformas en materia de contratación en España, y que será impartido por
Luis Collado.
Tres semanas por tanto muy densas
con un fuerte contenido analítico que requiere un cierto esfuerzo de
acompañamiento. Los lectores del blog comprenderán por ello que las entradas de
éste se espacien más de lo que la voluntad de su titular querría.
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