viernes, 15 de abril de 2016

REFUGIADOS, EMIGRANTES, DEMANDANTES DE ASILO: UN MENSAJE


Hace 38 años nacía en Argentina, Eduardo (Edu) Actis, hijo de Walter Actis y de Alicia Montserrat, y cuando sólo tenía un año y siete meses sus padres tuvieron que exilarse de aquel país, huyendo del terror de la Dictadura y llevándose la tristeza y la desolación de pérdidas personales muy cercanas. Llegaron a España (a Madrid) un 14 de abril. Hoy Edu ha querido recordar ese hecho con una carta a sus padres que me ha enviado su madre y que me ha emocionado. Dice así:

Hoy, 14 de abril, Día de la República, hace exactamente 38 años que mis padres y yo llegamos a España. Alicia y Walter no sabían gran cosa de nuestro nuevo país, menos aun que habíamos aterrizado en tan simbólica fecha. Lo que sí conocían eran algunos de los horrores que dejábamos atrás, en aquella Argentina atormentada por una dictadura cívico-militar cuyo mayor crimen fue la desaparición de más de 30.000 personas.

No suelo dar una importancia especial a esta fecha, pero hoy me he emocionado más que nunca. Mi hija Vera tiene la misma edad que yo tenía entonces: un año y siete meses. En su mirada, sus gestos, sus juegos, sus palabras, sus sonrisas y sus silencios de hoy he tratado de reconocer a aquel Edu que, sin saberlo, también viajaba al exilio. ¿Habré sentido el miedo de mis padres a los milicos cuando todavía estábamos por salir? ¿La tristeza por dejar atrás a tantos seres queridos? ¿La angustia de viajar a un país desconocido con solo 100 dólares en el bolsillo?

Los primeros años en España no fueron especialmente fáciles, de eso sí que tengo unos cuantos recuerdos, pero siempre pienso que al menos nadie nos impidió entrar y quedarnos aquí. Si en aquella época hubiesen existido la Ley de Extranjería, la mezquina interpretación del derecho de asilo que se hace hoy en día o la Europa del miedo al inmigrante, los CIEs, las concertinas y las deportaciones, ¿habríamos podido rehacer nuestra vida en este país? ¿A los cinco años, me habría sentido tan de aquí como yo me sentí entonces?

Por los que no lo pudieron contar, por los que sobrevivimos, por Vera y su generación, por los que están a las puertas de esta Europa fortaleza, más nos vale no cesar en el empeño de combatir cada injusticia y hacer de este planeta un sitito en el que quepa todo el mundo.


Todo está dicho en esa carta. La evolución terrible de Europa, la degradación de un país que se define democrático, la tragedia de los refugiados. Y la necesidad de cambiar este estado de cosas. Aunque solo sea por nosotros mismos.

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